Muy próxima al pantano del Regajo; tiene un fácil acceso, a través de la carretera comarcal que une Navajas con Gaibiel. Tiene esta fuente unas aguas estimadísimas por sus propiedades curativas, desde el siglo XVIII, y ellas han contribuido, en gran medida, a la afluencia de veraneantes a nuestro pueblo. Ya Cavanilles, en su Geografía del reino de Valencia, allá por el 1.792, decía de las aguas del Baño que son..."cristalinas, gratas al paladar y sin olor alguno". La fama de esta agua se extiende entre las personalidades de la capital del Reino que van dando prestigio a esta fuente, haciendo que muchas gentes se acerquen a tomar el precioso líquido. Hasta un virrey de Nueva España se sintió atraído, en el 1.824, por las propiedades curativas de la fuente, permaneciendo en Navajas un par de meses.

En el año 1.849 el doctor D. Faustino Vázquez se ocupó de analizar las aguas de este manantial, concluyendo que se trata de un agua que "puede llamarse, según los químicos, ferruginoso-magnesiano-templada..., y es útil para la curación de ciertas enfermedades, de remedios incipientes operativos , desostruyentes, purgantes y tónicos...".

En la época más reciente fueron analizadas las aguas por los servicios sanitarios provinciales y para este servicio las aplicaciones terapéuticas serían en el tubo digestivo y el aparato urinario. 
 

 
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