Descubierta por el sacerdote Miguel Aucejo, natural y vecino de Navajas en el año 1812. Su nacimiento se encuentra bajo la roca, surgiendo sus aguas a través de caños situados unos metros más abajo. Sus aguas son muy estimadas para la curación de enfermedades de la orina, y han sido declaradas mineromedicinales y terapeúticas. A temperatura ambiente de 27º C, el agua surge a 19' 5º C.

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