De fácil acceso por la calle Bajada de las Fuentes, seguramente su nombre se debe a la piedra que, desgajada del precipicio, rodó hasta dar frente a este manantial. El agua es de las más frescas y fuertes. Su consumo es beneficioso para enfermedades del riñón (colesterol y diurética) y considerada adelgazante. Restaurada por el Taller de Empleo “El Olmo II” en el año 2.006.

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